Te enamoras de las vistas al Peñón de Ifach, suena el mar, la terraza cabe la mesa grande… y luego te tragas 74 peldaños con el carrito de la compra. En agosto. A las cuatro de la tarde. ¿Bonito? Sí. ¿Rentable? No si quieres vender bien, alquilar sin dramas o que tus rodillas te perdonen.
En Calpe y la Costa Blanca, el “último piso sin ascensor, pero con brisa” se sigue vendiendo por impulsos. En 2025, eso es como comprar un coche sin aire acondicionado “porque es descapotable”. Puedes, pero pagarás el precio en silencio: menos demanda, más tiempo en mercado y un regateo que duele más que el cuarto tramo de escaleras.
La accesibilidad no es un capricho: es una palanca de precio, demanda y vida diaria. Ignorarla es caro.
Vas a la visita y, como todos, revisas metros, orientación, cocina, baños y esa terraza donde te ves brindando. Bien. Luego alguien suelta “no tiene ascensor, eh”, y tú respondes “bueno, es un tercero; me vendrá bien para hacer piernas”. Te engañas y lo sabes.
Ejemplos reales de Calpe que vemos cada semana:
¿Quién lo paga, cuánto y cuándo? Silencio. Te llevas un piso que depende de una comunidad con fondo escaso, vecinos que no quieren gastar y ayudas públicas que “ya veremos”. Compras una promesa, no una casa.
Aquí está el error que te pasa factura: crees que accesibilidad inmobiliaria es binaria. Ascensor o no. Fin. No. Accesibilidad es un conjunto de detalles medibles que cambian el precio, la demanda y la liquidez:
Todo esto no suena sexy. Lo sé. Pero es lo que separa un “chollo” que sangra de un activo que te respeta el bolsillo y la espalda.
Compras el tercero sin ascensor porque “está precioso”. Primer verano: reseñas de alquiler tipo “muy bonito, pero subir es un infierno; no repetimos”. Pierdes huéspedes de invierno (nórdicos, seniors, teletrabajadores con bici plegable) porque buscan accesibilidad. Tu ocupación cae, tu rentabilidad baja y tu calendario tiene huecos donde debería haber ingresos.
Te cansas y decides vender. ¿Resultado? Fotos bonitas, pocas visitas, regateos fuertes. Te piden descuento por cada tramo de escaleras y, además, te reprochan que “no hay plan de ascensor en la comunidad”. Se juntan los dos golpes: precio más bajo y más tiempo en mercado. En Calpe y alrededores, ese combo puede suponer entre un 8% y un 15% menos de precio frente a opciones similares con ascensor, y semanas (o meses) extra de espera. Y cada mes vacío te come margen.
Las pequeñas humillaciones que no caben en un Excel: subir garrafas, bajar una silla de paseo dormida, ayudar a un amigo con muletas, recibir un electrodoméstico que no cabe por la escalera. Esa “gimnasia gratis” es muy graciosa hasta que cumples 60… o te rompes una rodilla jugando al pádel.
Cuando auditas una hipoteca, miras TAE, comisiones, vinculación. ¿Por qué con la vivienda no haces una auditoría de accesibilidad igual de fría y medible? Porque nadie te lo enseña. Hasta hoy.
Claudia, 54 años, iba a firmar un 3º sin ascensor en segunda línea. “Total, yo estoy bien”. Paramos. Medimos: contrahuella de 20 cm (dura), giros estrechos, portal con peldaño imposible, actas sin plan de ascensor y fondo de reserva bajo. Estimamos impacto en reventa: menos demanda y regateo previsible. Resultado: cambió a un 2º con ascensor nuevo, puerta automática, cota cero y ancho útil de 80 cm. Mismo presupuesto. Hoy alquila 11 meses al año, sin reseñas que duelen, y duerme tranquila pensando en su madre de 78 subiendo sin sudar.
Imagina esto: vuelves del mercado con dos bolsas, subes en ascensor, entras sin salvar umbrales, aparcas el carrito en un pasillo que no te muerde. Tus padres vienen más, tus amigos también. Tu anuncio de alquiler filtra menos gente, pero convierte más y mejor. Y cuando decidas vender, no tendrás que pedir perdón por las escaleras ni explicar “se está estudiando poner ascensor”.
Además, la tasación y el banco se sienten cómodos con una vivienda líquida. En un mercado como Calpe, donde conviven extranjeros, mayores y familias con niños, accesibilidad = demanda más amplia. Y demanda amplia suele significar precio más estable y venta más rápida.
Esto es lo que revisamos para compradores e inversores que no quieren sorpresas. Llévatelo a tu próxima visita:
En Marina Digorn llevamos más de 20 años en Calpe y la Costa Blanca auditando lo que los demás pasan por alto. Nuestro servicio para compradores e inversores incluye:
¿Eres vendedor? También te interesa: mejoramos la salida a mercado destacando accesos, medidas reales y, si procede, plan y presupuestos para instalar ascensor. Eso amplía la demanda y reduce el regateo. Y sí, tenemos un compromiso de venta en 90 días con reducción de comisión si no lo logramos.
La accesibilidad no es un extra. Es el filtro que protege tu reventa, tu alquiler y tu día a día. Las vistas no pagan la compra; la demanda sí. Y la demanda, en 2025, premia a quien puede entrar sin sufrir.
Si vas a comprar piso sin ascensor en Calpe o estás dudando entre dos opciones, párate un segundo: mide, compara y decide con datos. Tu yo de dentro de 5 años te lo va a agradecer.
Da el paso inteligente hoy:
Contacto directo: +34 619 89 16 85 · info@marinadigorn.com · Av. de Ifach, 4, 03710 Calp.
Compra con cabeza, vende con ventaja y, por favor, ahórrate esas escaleras que solo sirven para que te rebajen el precio.